jueves, 28 de julio de 2011

El ave que siempre fue libre

No pasaban de las 5 de la tarde, y ella ya no sabía que hacer. Después de 20 años empiezas a pensar en otras cosas, te das cuenta de que la vida no es como la imaginaste, pero sabes que es estúpido pensar así porque aún te falta mucho por vivir.

Harta de las mismas tonterías de siempre salió de su casa, entre gritos y platos rotos nadie escucho el sonido de las llaves, tampoco el de la puerta. Camino sin rumbo por un par de horas, que le parecieron apenas unos minutos. De pronto se encontró perdida, a pesar de que sabía exactamente dónde estaba. Esa sensación de saber que es lo que quieres hacer y saber que lo puedes hacer, pero no sabes si tomar la decisión de hacerlo o no.

Recordó los gritos de su padre de la última vez que escapó ¡Haz de regresar, tarde o temprano! y así fue. Esta vez sería diferente, no pensaba seguir viviendo esa vida, ¿vida? ¿sin la libertad de decidir que hacer con tu tiempo y tu vida? ¿era eso vida?

Cayó la noche, ella regresó a su casa, pero tal cual se lo había prometido horas antes, sería diferente. Salió de casa minutos más tarde, en una maleta llevaba pinturas y lienzos, en la otra sólo un cambio de ropa. Pero más que nada llevaba la esperanza de demostrarle a la gente de lo que era capaz y de lo errados que estaban.

¿En verdad necesitas el apoyo y la aprobación de la gente para ser tu mismo?

“El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.” Friedrich Nietzsche

sábado, 23 de julio de 2011

Desconocido: Capítulo 5

La escena no dejaba mucho a la imaginación. Además de las dos balas (del mismo calibre que en la escena anterior) encontradas en cada víctima había fotografías de otras escenas, mucha de ellas la policía no las había investigado como era debido y otras habían sido muy sonadas. Pero lo verdaderamente inquietante eran las marcas que tenía la víctima en su brazo izquierdo cortes un poco forzados y titubeantes formaban la palabra “JACK”.

La decisión venía directamente de los altos mandos de la política del lugar, ese detalle debería permanecer en secreto. No querían que la gente supiera que tenían un ripper suelto por las calles de su, hasta entonces, tranquila ciudad.

-¿Cómo vamos a lidiar con esto?- preguntó el novato.
-Es relativamente sencillo, a nosotros no nos ponen a controlar a la prensa. No des entrevistas por tu cuenta y si te aborda un reportero en la calle sólo di que es una situación aislada, que no tiene nada que ver con las otras.
-Vaya, suena fácil.
-Como todo en este trabajo… Sólo “suena” fácil.

Regresaron a la comisaría, seguían en blanco, ya que no podían achacarle los homicidios a nadie (a pesar de que ya se hubiera bautizado). Estaban casi seguros de que había sido la misma persona del último homicidio, pero tendrían que comparar los resultados de estos dos con todo lo obtenido en las escenas que aparecían en las fotos que estaban en la habitación, para confirmar que eran obra de JACK.

Mientras esto ocurría JACK admiraba sus fotografías, de todas y cada una de las escenas que había creado. Eran su orgullo, su arte. No era tan tonto como para desprenderse de ellas sin quedarse con una copia, pero curiosamente existía otro juego de esas fotografías, el cual estaba meticulosamente empaquetado y en un camión de correos con destino a la casa de un antiguo conocido de una de sus víctimas, un reportero de poca monta que en varias ocasiones había sido hospitalizado por fuertes depresiones (todas fruto de su fracaso laboral).

El paquete contenía, además de las fotos, una nota hecha a máquina de escribir que rezaba:

“Esta vez no lo eches a perder”

miércoles, 20 de julio de 2011

Desconocido: Capítulo 4

La ciudad estaba silenciosa, como todos los días a esa hora de la madrugada. En esa zona no se escuchaban patrullas ni ambulancias por las noches, la mayor preocupación de los vecinos era que los perros (todos campeones de torneos y de buen pedigree, según decían sus dueños) despertaran a los demás.

Él sentía que necesitaba un nombre, algo que hiciera que lo recordaran. La gente merecía saber quién era el que limpiaba la ciudad de todas ellas. Pero eso no era suficiente, tenían que conocer su trabajo anterior… Para eso era la pequeña maleta con la que salió de su casa a esa hora de la madrugada.

Terminó su cigarro aún dentro del auto.

-Estás haciendo lo correcto, y después de tanto tiempo ya estás empezando a hacerlo bien.
-Cállate, es fácil para ti dar las órdenes cuando ni siquiera te quedas a supervisar el trabajo- Contestó.

Antes de bajar del auto echó un vistazo a la casa. No estaba muy lejos, no había faros en el camino, sería imposible que lo vieran acercarse. Por su investigación sabía que vivía sola, era soltera y se ganaba la vida haciendo felices a celebridades, políticos y empresarios. Nadie sabía su verdadero nombre, ni su verdadera dirección, ella siempre hacía las reservaciones en los lugares más caros y lujosos y se daba la buena vida a costa de su cliente.

-No importa la tarifa ni la posición social, ella sigue siendo lo que es, no lo pienses más.

Salió del auto y caminó hasta la casa, ni un solo ruido. Forzó la cerradura con cuidado y entró, cerró la puerta detrás de él. La casa estaba completamente a oscuras, esperó a que sus ojos se adaptaran a la luz y caminó.

-Subiendo las escaleras, la puerta al final del pasillo, siempre debe estar abierta a menos que esté “trabajando”

La puerta estaba cerrada. Dudó por un momento pero continuó. De la maleta saco su arma, colocó el silenciador y abrió la puerta con cuidado. Estaba tendida en la cama, desnuda, con un sujeto al lado. Ambos profundamente dormidos.

-A los dos, sabes que lo merecen.

domingo, 17 de julio de 2011

Desconocido: Capítulo 3

La casa del SUDES en cuestión no era grande, todo lo contrario tenía solamente el espacio que una sola persona necesita indispensablemente, no podía darse muchos lujos dado el tamaño de su vivienda, pero tampoco es que él los quisiera. Una parte considerable de la casa era la sala, de ahí se podía acceder a todos los demás cuartos, un dormitorio, un baño y la cocina. En la sala se encontraba este personaje bebiendo unos tragos de un bourbon barato que había comprado después de salir del trabajo.

-No creo que estés haciendo bien tu trabajo- le dijo su acompañante a nuestro personaje, el cual le contesto de forma hostil.
-Déjame solo, te dije que no te quería volver a ver.
-No puedes dejarme atrás y lo sabes. Hablo en serio, ¿solo un plomo en la cabeza? Realmente te creía capaz de más.
-¡Cállate!, déjame en paz- dijo el SUDES lanzándole el vaso a su acompañante mientras se alejaba a la cocina.
-Sigue así y te quedarás sin vasos para tomarte tu veneno, idiota.
-Un vaso más un vaso menos, ¿cuál es la puta diferencia? Si al final termino bebiendo directo de la botella.
-O lamiéndolo del suelo… olvide que no recuerdas nada cuando estás en ese estado, aunque la verdad es que eres muy gracioso cuando estas ebrio.
-¿Qué es lo que quieres?- le dijo fría y tajantemente a su acompañante.
-¡Que hagas bien tu trabajo por favor! Podría decir sin problemas que me tienes avergonzado, deja de ser un mediocre tienes el potencial, no entiendo porque no lo usas.
-Bueno, ya lo dijiste, te dije que no quería volver a saber de ti.
-Yo dije muchas cosas también… no te libraras de mi tan fácilmente, ¿lo sabes?.
-Desgraciadamente…- dijo nuestro personaje mientras encendía otro cigarrillo, perdiendo la cuenta de todos los que había fumado en el día.

Afuera no llovía, el clima era piadoso por primera vez en varias semanas, no había sol en el cielo pero la gente podía salir tranquilamente a caminar. Lo que provoco que nuestro SUDES tomara algunas de sus cosas y subiera a su automóvil. De camino pensó que era hora de cambiar su hábito, es más malo de lo que él creía fumar en exceso, pero por ahora lo dejaría así.

sábado, 16 de julio de 2011

Desconocido: Capítulo 2

Un par de horas después del levantamiento de evidencia en la escena del crimen se encontraban los dos detectives encargados del caso hablando sobre este, preparando los detalles para comenzar el día siguiente, mas bien el mismo día dentro de unas horas ya que casi eran las seis de la mañana.

-Al parecer es solo un caso aislado, un asalto seguramente- dijo el rookie del equipo.
-¡Ja!, revisa una vez más los hechos novato, no falta nada de lo que declararon los padres que había en la casa, por lo tanto no fue un robo. Mi apuesta es a un crimen pasional, un ex novio loco posiblemente.
-Está bien, no es un robo. Pero a juzgar por la herida que tiene no creo que sea un simple ex novio, es alguien que sabía muy bien lo que hacía, ¿no estaba ella involucrada con narcóticos o algo por estilo?
-El novio tiene antecedentes por posesión de marihuana, de ahí en fuera no hay nada. Investiguémoslo mañana, mi esposa ya estará creyendo que estoy con mi "novia".
-Por eso nunca me voy a casar.
-Todos los dijimos alguna vez rookie, todos...- contestó su compañero con una mueca, posiblemente una sonrisa burlona.

Mientras esta conversación tenía lugar en la estación de policía, el SUDES se deleitaba viendo una fotografía de lo que consideraba una "obra de justicia", la fotografía la había tomado poco después de haber jalado el gatillo y verla caer a sus pies. Pensó en quedarse un momento en la casa, pero por alguna razón el corazón le latía rápidamente y sentía que se le nublaban las ideas, necesitaba un cigarrillo.

-Por eso fue que salí tan pronto de la casa, lo había olvidado- Se dijo a si mismo después de pasarse por la garganta un buen trago de Jack Daniel's -fue realmente sencillo, no se por que la gente hace mucho problema cuando estas cosas tienen lugar, deberían ser de lo mas natural.

Las lluvias de esa temporada durarían más de lo esperado, un detalle que parecía carecer de importancia para todos, menos para una persona.

viernes, 15 de julio de 2011

Desconocido: Capítulo 1

No era muy tarde, pero las nubes apenas permitían que el sol se asomara, llovía de tal forma que parecía que el cielo caía, cabe mencionar que hacia un frio que calaba hasta los huesos.

Desde la comodidad de su auto una persona veía como una pareja se despedía muy apasionadamente. Tenía la mente en blanco, bueno, no del todo, solía pensar cosas como “no es nada más que una puta” o “esa clase de gente no merece ser feliz, Jack hacía un buen trabajo sacándolas de este mundo, era un héroe no un criminal”.

La pareja no tardo tanto como esperaba. A él le hubiera gustado que tardasen mas, así podría calmarse, terminarse su cigarro y esperar a que Elvis Presley dejara de sonar en el radio, pero no se incomodo por la prontitud de la pareja, al contrario concibió esta situación como una señal. Dio una fuerte calada al cigarro, unos Lucky Strike que había comprado para esa ocasión, le gustaba su sabor pero no frecuentaba comprar cigarros, y bajo del automóvil cuando el hombre se alejo un poco, sabía que la lluvia no le permitiría ver más allá de su nariz.

Se puso unos guantes y forzó la cerradura, relativamente fácil, aunque el clima no ayudaba ya que la humedad del ambiente tenía un efecto malo con las puertas de madera. Toda la casa estaba a oscuras, a excepción de la cocina, donde se encontraba ella. Dio unos pasos y saco una pistola con un silenciador previamente puesto, no quería vecinos cerca cuando él se fuera.

Entró a la cocina y la encontró de espaldas con ropa holgada, aun así se veía muy bien. No permitió que ella volteara a verlo, rápida y limpiamente le colocó una bala en la cabeza y salió por la misma puerta.

Una vez afuera en el pórtico encendió otro cigarro y caminó lentamente hasta el auto, la lluvia ya había cesado, pero aun estaba oscuro, costaba creer que apenas eran las 5 pm.

Esto es solo un recuerdo hoy, pero hay algo que sobrepasa la barrera del tiempo, él sigue afuera, intentando limpiar las calles como otrora lo hiciera su héroe de la niñez, Jack.